ALQUIMIA: CAMINO HACIA LA LUZ. Johann Georg Gichtel, Doctrina de los Chakras.

DOCTRINA DE LOS CHAKRAS EN LA ALQUIMIA
(JOHANN GEORG GICHTEL)








La alquimia y su trabajo práctico
de laboratorio tenían como objetivo
descubrir la corriente de energía
vital para iluminar lo oscuro,
lo enfermo y lo inconsciente y
“conducirla hacia la luz”.



Los grandes alquimistas como
Paracelso alcanzaron el
discernimiento y transcribieron
su sabiduría en forma de
remedios prácticos, es decir
en elixires especiales obtenidos
de metales, gemas y plantas.

Esta “energía vital” está
íntimamente conectada a la
"luz de los siete planetas".



Los siete planetas fueron agregados
a los cinco ya conocidos en aquel
tiempo: Mercurio, Venus, Marte,
Júpiter, Saturno, el Sol y la Luna.

Todo sobre la Tierra emerge de los
rayos o energía de estos planetas.
Como en un prisma, los planetas
dividen la “luz divina de la creación”
en siete cualidades. Estas crean
los cuatro elementos:



tierra, agua,
fuego y aire (así como al quinto,
el elemento secreto y sagrado, el éter)
y los tres principios alquímicos
básicos: Sal, Azufre y Mercurio
(simplificados corresponden al cuerpo,
al alma y al espíritu).



Los metales, los minerales, las gemas,
las plantas, los animales y también
el hombre se originan a través de
varias combinaciones de las siete
energías planetarias, los cuatro
elementos y los tres principios básicos.



La “mezcla” predominante determina
lo que emergerá y qué clase
de carácter tendrá.

La estética barroca del siglo XVII
favorece la irrupción de un discurso
filosófico que privilegia su gusto por
la metamorfosis y la emblemática de la
alquimia espiritual, especialmente
en Alemania. Antes, durante el
Renacimiento de los siglos XV y XVI,
se cristaliza el esoterismo
(hermetismo, Kabbala cristiana,



magia natural y paracelsismo), pero
luego se ve acechado por las
instituciones oficiales eclesiásticas,
el poder secular y la Universidad.



Las hogueras condenan a lo esotérico
a la marginalidad. Sin embargo,
consigue mantenerse pero adoptando
otras vías de expresión.

Afortunadamente, los logros del
Renacimiento no se perderán.

La evolución de las diferentes ramas
del esoterismo se sintetizará en dos
niveles: en primer lugar, a través de
la afirmación de la teosofía y de la
“Naturphilosophie”, o de las corrientes
masónicas y francmasónicas; en segundo
lugar, a través de la literatura
hermética, la Kabbala y la tradición
greco-egipcia.



Lo oculto y las diversas
manifestaciones del misterio
se verán reflejados en las
“gothic stories” de finales del
siglo XVIII y en las narraciones
fantásticas del siglo siguiente.



La teosofía o “sabiduría de Dios”,
se perfila en el siglo XVII con el
surgimiento del pensamiento de
Jakob Böhme, cuya obra sirve de punto
de partida para el desarrollo de esta
corriente en los siglos siguientes.



Pretende ser una aproximación intelectual
y especulativa a los principios que
unen la divinidad, la naturaleza y
el hombre, fundada en una hermenéutica
esotérica instruida por la teoría de
las correspondencias y las homologías:
todo es analogía u homología en la Creación
y cada parcela del Universo está en
estrecha relación con la luz divina.



Las enseñanzas alquímicas incluyen un
modelo de desarrollo tanto para los
materiales como para el ser humano:
desde la oscuridad, hacia la luz y
la sabiduría.



Esto está comprendido en
los “chakras” y sus tres niveles
energéticos: Nigredo, Albedo y Rubedo
con diferentes grados de curación
corporal, mental y espiritual,
de maduración interna y desarrollo
de la conciencia. En el modelo de
chakras alquímico cada uno de los
siete planetas envía a la Tierra
“tres cualidades de energía” diferentes,
que corresponden, en términos simples, a
la vibración del cuerpo, del alma y
del espíritu de cada planeta
(en la alquimia: sal, azufre y mercurio).



Cada una de estas tres cualidades de cada
planeta puede encontrar resonancia
dentro de los chakras de un ser humano
y así se originan los tres niveles
diferentes de vibración:

- Nigredo (negrura):



vibración de la sal
(= cuerpo), corresponde a los planetas
de nivel más bajo. Sustenta los procesos
de solidificación.

- Albedo (blancura):



vibración del azufre
(= alma), sustenta los procesos
disolutivos y distributivos.

- Rubedo (lo rojo):



vibración del mercurio
(= espíritu, el más alto nivel.
Sustenta los procesos de
regulación y armonización.

Johann Georg Gichtel, discípulo de Böhme,
fue un místico alemán nacido en Regensburg.
Es el autor de una de las ilustraciones
alquímicas de los chakras más famosa.



Los chakras son los “sellos de los planetas”:
la imagen muestra a un hombre terreno, natural
y siniestro entre las estrellas y los elementos
y refleja cómo la rueda de los planetas en
siete sellos diabólicos se superpone
sobre el alma.

Gichtel dispone los siete
planetas clásicos sobre el cuerpo humano
y correlaciona a cada uno de ellos con los
siete vicios o pecados capitales.
Con esto, Gichtel quiso demostrar
las circunstancias bajo las cuales
evocan los planetas aspectos negativos
en el hombre: el chakra base resuena con
la vibración-sal de la Luna, el chakra
esplénico con la vibración mercurial más baja,
el chakra del plexo solar con la de Venus,
el chackra del corazón con
la vibración-sal del Sol,
el chakra laríngeo con Marte,
el chakra del entrecejo con Júpiter
y el chakra coronario
con la vibración-sal de Saturno.



Cuando predominan en el hombre las
vibraciones de sal oscuras de
los planetas (Nigredo), la capacidad de
autorreflexión no es muy elevada.


Esta personalidad es fácil de manipular,
olvidadiza e inescrupulosa, dado que
su mundo está condicionado por sus propias
necesidades y deseos.

Sus patrones emocionales son simples.
Todas las personas pueden ser confinadas
a la fase Nigredo un tiempo:
todo está detenido y endurecido,
nada se mueve: aparecen las enfermedades
sedimentarias: endurecimiento, rigidez
de los miembros (arteriosclerosis).



Una transformación alquímica permanente
se inicia por medio de la intensificación
del fuego, del azufre, de las emociones
y del fortalecimiento de la razón.

Con la ayuda de esencias alquímicas
se puede sustentar un cambio.



En la ilustración de Gichtel se da
una indicación de la forma en que
los planetas pueden actuar positivamente y
de cómo los vicios pueden transformarse
en virtudes, sería la forma de salir de
la “negrura” para ir hacia el
camino de Albedo: es la espiral marcada
que conecta todos los sellos de los chakras.


Dependiendo de lo que se considere
como origen de esta nueva secuencia:
el corazón o la corteza, tendremos el
“sendero del corazón” o el
“sendero del místico” respectivamente.



Bibliografía:

*Arndt, Ulrich. El camino hacia la luz:
la doctrina de los Chakras en la alquimia.

*Aromatico, Andrea. Alquimia: un secreto
entre la ciencia y la filosofía. Barcelona:
Ediciones B, 1997.

*Corsetti, Jean-Paul. Historia del esoterismo
y de las ciencias ocultas. Buenos Aires:
Larousse, 1993.





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2 comentarios:

Altas Cumbres del Intelecto dijo...

Muchas gracias por haber pensado en mi espacio para ese premio tan lindo. Poetas del Corazón. ¡no puede ser mejor! mil gracias.

También quería felicitarte por tu blog, siempre es una novedad entrar y quedarse un rato. Aunque me disculparás, pero yo soy de esas paseantes y lectoras silenciosas.

En realidad mi círculo en los blogs está entre los amigos de Núria a quien desde aquí felicito, como a todos los demás que han recibido esa distinción.
Un abrazo.

BeTina dijo...

Azur!, Para mi también es reconfortante visitar tu blog y encontrarme con tus escritos, por ello pensé en "Altas Cumbres del Intelecto" entre mis Poetas del Corazón.
No te preocupes por los comentarios, lo importante es que quienes entren al sitio encuentren un espacio donde sentirse cómodos y puedan descubrir o re-descubrir, a través de las imágenes aquí presentadas.
Esta Bitácora nació como un lugar intimo, en donde recopilo todo aquello que me interesa en cuanto a Misticismo, Alquimia, Ciencia y el Arte que es inspirado por esta temática. Y que mejor poder compartirlo y que a otros también le beneficie!!
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Alchemy, BeT