Machu Picchu, poética y espiritual mirada, desde la lente de Barry Brukoff



Hace algunos años quedé cautivada por este libro, el cual no dudé en adquirir.
Me impactó desde el primer momento que lo vi, una magia especial brotaba de él.
Hoy quiero compartir parte del mismo, en este post.
Un verdadero viaje al majestuoso imperio Inca: Machu Picchu, a través de la vivencia peregrina de este fotógrafo, que recorre los senderos inspirados en la poesía de su precursor en el Camino: Pablo Neruda.

Imperdible prólogo de Isabel Allende:

"Hay ciertos lugares donde viven los espíritus atrapados entre piedras. Esos lugares, construidos por hombres antiguos y hoy abandonados, fueron tan sagrados que su energía continúa vibrando durante siglos. Es casi imposible pisar esas piedras sin sentir el clamor del pasado y la tremenda fuerza allí concentrada; sin embargo muchedumbres de turistas violan esos lugares a diario, apurados y bulliciosos, mirando a través de las lentes de sus cámaras fotográficas, ciegos ante los seres poderosos e invisibles que viven entre esas murallas, sordos a las sutiles voces de los fantasmas. Pero hay personas de sensibilidad especial que sienten el llamado de esos sitios a miles de millas de distancia y abandonan todo para seguirlo, como presas de un encantamiento. Son los escogidos por esos espíritus para dar testimonio de su firme existencia.

Pablo Neruda fue uno de esos elegidos. Este hombre, emisario de las fuerzas ancestrales de la poesía, sintió hace cincuenta años el llamado de Machu Picchu y acudió con su pluma verde y el corazón en llamas, a esas cumbres inaccesibles. Sus versos, tan inmortales como la pétrea eternidad del Machu Picchu, cantan a una fantástica geografía de selva, vertiginosos desfiladeros, altura, glaciares, bruma y niebla, por donde el poeta viaja maravillado. Paso a paso, cerro a cerro, sube y baja Neruda por la escalera tallada en la roca de los senderos indígenas. Neruda asciende la cordillera de los Andes hasta llegar a la ciudadela encantada de los incas, donde sólo habitan los fantasmas del pasado y los majestuosos cóndores. Es un viaje arduo y largo. Va enfermo por la altura, jadeando, sin oxígeno, helado por la noche, pero sigue trepando en trance. Por el camino el poeta se detiene, saca su cuaderno y permite que su poesía fluya como un río. Recuerda la epopeya sangrienta de todo un continente: la Conquista que redujo orgullosos pueblos a la esclavitud; la tragedia de los príncipes que hicieron construir esa ciudad tallada en piedra y en el transcurso de cien años debieron abandonarla en súbito; las hachas, los látigos y las cruces que señalaron el fin de millones de indígenas, uno de los más cruentos genocidios de la historia, tan cruel en verdad, que madres mataban a los recién nacidos para salvarlos de una vida de servidumbre y humillación. “América antigua, novia sumida”, llama el poeta a este continente torturado que tiene forma de un corazón herido.
 



Cuarenta años más tarde, la convocatoria de las piedras alcanza a otro artista, BarryBrukoff, diseñador, pintor, fotógrafo y soñador, quien reconoce el llamado de inmediato, porque lo ha sentido antes. ¿Qué atrae irremisiblemente a este artista a sitios como Borobudur, Stonehenge o las ruinas de los indios Anasasi en Norteamérica?. Él mismo no lo sabe, pero en el curso de su vida ha descubierto que es inútil taparse los oídos: las voces sagradas lo alcanzan dondequiera que se encuentre y tarde o temprano debe dejar todo atrás para obedecerles. Entonces toma su cámara -su instrumento de la verdad- e inicia el viaje. Así es como fue a Machu Picchu, no por tren, no apurado como las hordas de turistas, sino como peregrino, caminando reverentemente tras los pasos de los antiguos incas. A lo largo del sendero pasó por ruinas de edificios, muros y templos, también visitó las pequeñas aldeas donde sus habitantes viven y se ven como los que construyeron Machu Picchu hace seiscientos años: los mismos cuerpos achaparrados de piernas fuertes y pechos amplios, la misma inescrutable expresión en sus rostros color cobre. Vio los mercaditos donde los niños venden las cosechas junto a sus madres, sin llorar ni quejarse jamás, serios y sin duda contentos. Anduvo por terrazas construidas hace siglos donde el maíz, las papas y la coca crecen hoy con los mismos métodos empleados en épocas precolombinas. Cuando llegó al sitio en las montañas donde finalmente las ruinas de Machu Picchu aparecen ante el viajero, reconoció el lugar como si hubiera estado allí antes. Lo sobrecogió una exuberante sensación de alegría profunda, como un hombre que vuelve a su pueblo natal después de cincuenta años de ausencia.
 




¿Por qué fue construido Machu Picchu? ¿Por qué fue abandonado? ¿Quiénes lo habitaron? ¿Cómo tallaron esas piedras que calzan con tal perfección, que no entra el filo de una navaja entre las ranuras? Dicen que la nobleza inca enviaba a sus mujeres a esas cumbres para ponerlas a salvo de la codicia y la violencia de sus enemigos. Por un tiempo se creyó que fue el último refugio de príncipes y sacerdotes cuando llegaron los conquistadores españoles, arrasando el imperio a hierro, pólvora y fuego. Dicen también que fue un observatorio astrológico, que desde allí se medía el tiempo para todo el territorio de los incas, el reino más vasto, rico y sofisticado de la América precolombina. Otra incógnita es la apertura entre ciertas piedras, por donde pasa al mediodía en ciertas épocas del año un rayo de sol que señala exactamente la entrada de una caverna subterránea. Sugiere la posibilidad de que Machu Picchu represente el origen de la Creación, que en la cosmogonía inca ocurre en el centro de la tierra. Pero todas son especulaciones, porque la extraña ciudad está envuelta en un manto de misterio. Durante siglos permaneció oculta y secreta, aunque los indios siempre han conocido su existencia. Estuvo cerrada a los extranjeros, celosamente defendida por la selva, la altura y el silencio de los indios. Hoy se alcanza en un tren moderno y se puede visitar en un día, como hacen los turistas que llegan en masa, pero Barry Brukoff está convencido de que para empaparse del espíritu de Machu Picchu hay que recorrerlo de noche, como lo hiciera Pablo Neruda. Se quedó dos semanas desde el amanecer hasta la medianoche, esperando que la luz realizara el prodigio. Respetuosamente, en silencio y soledad, pudo percibir los sigilosos espectros que habitan Machu Picchu.

Este extraordinario libro es el resultado de dos peregrinajes separados en el tiempo por medio siglo: el de Pablo Neruda y el de Barry Brukoff, quien siguió los pasos del gran poeta chileno, llevando los versos de Neruda en su mochila. Como Neruda, Brukoff tampoco sabía por qué lo llamaban las voces ni lo que encontraría al llegar, sólo sabía que la luna juega un papel fundamental en el teatro de Machu Picchu, por eso planeó su ascenso para coincidir con el ciclo del satélite terrestre. Piedra a piedra escaló Brukoff hacia las cimas más venerables, mientras la luna cambiante subía en su arco perfecto en el cielo, de modo que ambos, él y la luna llena, llegaron juntos, espléndidamente, a las alturas de Machu Picchu.
 

Luna llena sobre las Terrazas


La fotografía es luz. Al llegar a su destino Barry Brukoff descubrió que la antigua ciudad estaba rodeada por abruptos picos morados de las altas montañas, como el nido de algún ave prehistórica en una encumbrada y breve meseta. Llagó allí con la puesta del sol y se quedó sin aliento ante la belleza sobrecogedora del paisaje en el último resplandor dorado del día. Para entonces ya se habían retirado las hordas de curiosos, estaba solo en un silencio de siglos. Pronto le cayeron encima, amenazantes como puñales, las sombras geométricas de los Andes. Y él, incurable romántico, esperó con el corazón al galope en el negro-azul profundo de la noche sin estrellas. Allí la luna no se anuncia como en el resto del mundo, no aparece poco a poco envuelta en velos amarillos, no es tímida ni coqueta, nada de eso. La luna en Machu Picchu es la diva absoluta: irrumpe escandalosa en la escena, súbita y refulgente, es una antorcha incendiando el firmamento con su luz de hielo. Así, ante los ojos maravillados del fotógrafo, la hierática ciudad levantada por los incas en la cima del mundo cobró vida. Los antiguos espíritus se desprendieron uno a uno de las enormes piedras y deambularon como un pueblo perdido en las sombras: nobles, sacerdotes, guerreros, amos, sirvientes, labradores, alfareros, lavanderas, abuelos y niños, cada uno en su silencio oficio de fantasmas.
 



Barry Brukoff, profundamente conmovido por la luz y la historia, por la magnitud de los Andes y la incógnita belleza de Machu Picchu, comprendió que no podía guardar para él aquella sobrecogedora experiencia, debía ofrecerla a otros como un regalo. De los centenares de fotografías tomadas en Machu Picchu, seleccionó para este libro aquellas que resonaban más intensamente con su alma, en la esperanza de plasmar el misterio de esas piedras en la imagen, tal como Pablo Neruda intentó ponerlo en versos. Este libro es una ofrenda que combina la intuición del poeta y la percepción del artista, la palabra de Neruda y la fotografía de Brukoff, pero no sería posible sin el trabajo paciente y callado de Stephen Kessler, quien tradujo al inglés los poemas nerudianos con tanta pasión como rigor literario. Este libro es más que una obra de arte: es una experiencia espiritual".

Isabel Allende


Video con imágenes del libro:



from betdelmar


 


"... Dadme el silencio, el agua, la esperanza.

Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.


Apagadme los cuerpos como imanes.


Acudid a mis venas y a mi boca.


Hablad por mis palabras y mi sangre."


Pablo Neruda.


 

RECOMENDADO:
Visitar el sitio de Barry Brukoff y sus vivencias AQUÍ.

11 comentarios:

rudy spillman dijo...

A pesar del excelente trabajo de diseño de Bet, es lógico que a través del vídeo se hace imposible obtener la grandiosidad e impetuosidad de las imágenes que sólo nos ofrecen una advertencia de lo que será observar el libro.
He quedado subyugado por el prólogo de Isabel Allende. Como bien dice la autora: "...hay personas de sensibilidad especial que sienten el llamado de esos sitios a miles de millas de distancia...", "...son los escogidos por esos espíritus para dar testimonio de su firme existencia". Pablo Neruda y Barry Brukoff han sido dos de los elegidos.
Luego de leer el prólogo a mí me pareciera como que la autora pudiera ser la tercera.
Un saludo.
Rudy

Alchemy dijo...

Hola Rudy! ante todo agradecer tu comentario.
Es un libro muy especial para mi, como comento en la entrada. Hace tiempo que me estaba rondando por la cabeza presentarlo en alguno de mis post.
Obviamente un post queda muy chico para plasmarlo todo, aún quedan las poesías de Pablo, que acompañan cada imagen.

Un abrazo!!

BeT

juan dijo...

Hola Bet.

Voy a intentar conseguirlo. Es una de esas pequeñas joyas que se nota han sido creadas con cariño, amor y magia...

En esta página hay imágenes preciosas de este libro.

http://www.brukoffphoto.com/machu_picchu_photos/machu_picchu_gallery.htm

Gracias por compartirlo :)

Un abrazo,

juan

Ivana Noche Autoexistente dijo...

HOLA BET!!!!! GRACIAS ANTES QUE NADA POR TU AYUDA CON MI BLOG!!! LA VERDAD ES QUE NO TENIA POR QUE HACERLO SIN EMBARGO ME DISTE UNA MANO Y TE LÑO AGRADEZCO.
eS TAN VALIOSO LO QUE COMPARTIS EN TU BLOG!!!! BESOS!!!!

Alchemy dijo...

Juan, verdaderamente las imágenes de Brukoff tienen una magia muy especial, su manera de captar cada lugar que fotografía, es como si un poco del alma de ese sitio quedara plasmada en su lente. Como verás en su página, todas sus fotografías son estupendas, no solamente las de Machu Picchu sino de los otros lugares "Santos" y mágicos que ha recorrido. En cada uno de ellos supo rescatar ese halo de misterio que los envuelve.
Gracias por la visita y dejar la huella!

Abrazos!
BeT

Alchemy dijo...

Hola Ivana, me alegra haber sido útil, no es nada... todo lo que vamos aprendiendo lo hacemos porque siempre hay otros que nos guían con su experiencia previa. Así también aprendí yo con mis blogs, preguntando ;-)
Eso es lo lindo.... fluir.
Y ya sabes, en lo que yo pueda ayudarte.... aquí estoy.
Te mando un beso:
BeT

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Parece muy interesante y desgarrador el testimonio escrito por Barry Brukoff sobre la historia de los Incas.

A descacar igualmente la información que has aportado sobre el mismo, se agradece la misma.

Salu2 BeT

percepcionesindebidas dijo...

muy bueno este blog.

Alchemy dijo...

Hola Marti, si uno se pone a contemplar la historia e esta humanidad es desgarradora.... será que tanto nos cuesta "ser Conscientes"?.

Gracias a vos por la visita!

Abrazo!

Alchemy dijo...

"percepcionesindebidas" agradezco tu huella. Saludos!!

Alchemy