Geber (721-815)
أبو موسى جابر بن حيان الأزدي
أبو موسى جابر بن حيان الأزدي
La fecha exacta de su nacimiento es objeto de debate, pero se ha demostrado que practicó la medicina y la alquimia en Kufa en torno al 776. Se tiene como fecha estimativa de su nacimiento alrededor del año 721 (Tus, Irán, provincia de Khorassan) y de su muerte, el año 815 en Kufa, Irak. Su nombre completo era Abu Musa Jabir Ibn Hayyan Al-Azdi
(أبو موسى جابر بن حيان الأزدي).
Conocido en occidente como Geber, forma latinizada de su nombre. Hijo de un farmacéutico de la tribu Azd que fue ejecutado por participar en una conspiración contra el califato Omeya. Enviado a Arabia donde estudió matemáticas y fue discípulo del imam shiita Jafar as-Sadiq. Tras este período vivió casi la totalidad de su vida en Kufa, Irak. Fue místico en su época, apodado “al-Sufa”.
Se le considera el padre de la química, por haber sido el primero en haberla estudiado de forma científica. Reconoció claramente la importancia de la experimentación, según sus propias palabras: “La primera cosa esencial en química, es que se deben llevar a cabo trabajos aplicados y experimentos, ya que aquel que no los realiza jamás alcanzará los más altos grados del conocimiento”. Sus trabajos constituyeron avances significativos para la química, tanto en el plano teórico, como en el de la experimentación.
Sus libros (más de 100 tratados, de los cuales 22 se refieren a la alquimia y la química), influyeron notablemente en los alquimistas europeos.
Se le atribuye la paternidad de un gran número de instrumentos de laboratorio (el alambique es su gran invento, que hizo fácil y sistemática el proceso de destilación),
la perfección de técnicas científicas como cristalización, destilación, calcinación, sublimación y la evaporación y el descubrimiento de diversas sustancias químicas, como el ácido clorhídrico y el ácido nítrico.
Resumió los adelantos de la alquimia árabe y su visión de la diversidad como la combinación de los principios presentes en el azufre (sólido, combustible, amarillo) con aquellos contenidos en el mercurio (líquido, metálico y volátil). Su división de las sustancias ha sido utilizada durante siglos, y los nombres actuales aún tienen influencia de los suyos.
Según Geber, las sustancias podían clasificarse en tres grupos:
• Espíritus, que se vaporizan al calentarlos, como el amoníaco, el azufre o el mercurio.
• Metales, como el oro, el plomo o el hierro (el mercurio, según sus teoría, no era un metal verdadero, ya que produce gas al calentarlo).
• Polvos o piedras, como el yeso, que se pueden pulverizar.
Sus investigaciones no sólo se centraron en los ácidos, también estudió la fabricación del acero, tintes de tejidos, el grabado en oro, el curtido del cuero, pigmentos de cerámica, incluyendo en sus estudios hasta intentos de crear vida artificial.
Tras la caída del Imperio Romano, el foco de desarrollo alquímico se trasladó a Oriente Medio.
Se sabe mucho más sobre la alquimia islámica porque fue mejor documentada, de hecho, la mayoría de los primeros escritos que han sobrevivido el paso de los años lo han hecho como traducciones islámicas.
El mundo islámico fue un crisol para la alquimia. El pensamiento platónico y aristotélico, que ya había sido en cierta medida incluido en la ciencia hermética, continuó siendo asimilado.
Alquimistas islámicos como Jabir ibn Hayyan (en latín Geber) aportaron descubrimientos químicos clave propios, tales como la técnica de la destilación (las palabras alambique y alcohol son de origen árabe), los ácidos muriático, sulfúrico y nítrico, la sosa, la potasa y más. (De los nombres árabes para estas dos últimas sustancias, al-natrun y al-qalīy, latinizados como Natrium y Kalium, proceden los símbolos modernos del sodio y el potasio.) El descubrimiento de que el agua regia, una mezcla de ácido nítrico y clorhídrico, podía disolver el metal más noble —el oro— habría de avivar la imaginación de alquimistas durante el siguiente milenio.
Los filósofos islámicos también hicieron grandes contribuciones al hermetismo alquímico.
El autor más influyente en este aspecto posiblemente fuera Jabir Ibn Hayyan (en árabe جابر إبن حيان, en latín Geberus, normalmente escrito en castellano como Geber).
El objetivo primordial de Jabir era la takwin, la creación artificial de vida en el laboratorio alquímico, hasta e incluyendo la vida humana.
Jabir analizó cada elemento aristotélico en términos de las cuatro cualidades básicas de calor, frío, sequedad y humedad (Burkhardt, p. 29). De acuerdo con él, en cada metal dos de estas cualidades eran interiores y dos exteriores.
Por ejemplo, el plomo era externamente frío y seco,
mientras que el oro era caliente y húmedo. De esta forma, teorizaba Jabir, reordenando las cualidades de un metal, podía obtenerse uno diferente (Burckhardt, p. 29). Con este razonamiento, la búsqueda de la piedra filosofal fue introducida en la alquimia occidental.
Jabir desarrolló una elaborada numerología mediante la que las iniciales del nombre de una sustancia en árabe, cuando se les aplicaban varias transformaciones, mantenían correspondencias con las propiedades físicas del elemento.
Actualmente suele aceptarse que la alquimia china influyó a los alquimistas árabes (Edwards p. 33-59; Burckhardt, p. 10-22), aunque el alcance de la misma es aún objeto de debate.
De la misma forma, las enseñanzas hinduistas fueron asimiladas por la alquimia islámica.
7 comentarios:
Locke y Hume son según la "Historia correcta" los padres del empirismo. Resulta difícil colocar dentro de la misma cesta a otro, que vivió mil años antes. Aunque también se debieran incluir a Avicena, Averroes, Roger Bacon e incluso estoicos y epicuros, estos últimos, dos mil años antes que Locke. De todas formas Geber fue mas allá y pudo aprender de todos los conocimentos del mundo en ese momento. Al vivir en Oriente, que era realmente el centro del mundo en esa época (al menos en el Hemisferio Norte) pudo haber accedido y beber tanto de la sabiduría del extremo oriente como de la occidental. Todo esto hizo de él un alquimista y un científico completo y por delante de su tiempo. Gracias BeT, un saludo a más de diez mil kilómetros.
Lamberto, muy agradecida por tu saludo y el comentario, que aporta a este post.
Si nos ponemos a buscar en el tiempo, muchas veces se hace difícil encontrar de donde surgen las cosas, creo que siempre hay influencias de algo más allá del tiempo vivido y quien descubre algo es porque ha sido guiado o se ha basado en algo que le dio la llave para hacerlo. Le ponemos un nombre a un descubrimiento, porque a partir de ahí pasó a ser conocido o legalmente reconocido ;-)
Saludos para ti también!
Alchemy
No tengo mucho para aportar en esta ocasión, sólo paso a dejar saludos y a felicitarte y agradecerte nuevamente por el post.
Un abrazo, BeT, desde el piso 18 del Hotel Princesa Sofía desde donde la vista de Barcelona, circundada por el mar, es todo un espectáculo.
Núria de Desde mi Ventana
Nuria, agradezco tu saludo y sobre todas las cosas que te acuerdes de mi en un lugar que, se ve, estás disfrutado. Para hacerme a la idea, busqué algunas fotos en internet del Hotel y realmente se ve que es un lugar muy bonito... más aún desde esa altura, la panorámica ha de ser fantástica ;-)
Te mando un abrazo y que disfrutes de esa bella vista.
BeT
Gracias por tu saludo, me alegra muchísimo ;-)
Excelente el escrito, tus opiniones son verdaderamente acertadas. Por cierto si hablas de atlántico sur, me imagino que eres de Uruguay, verdad???. Te voy agregar entre mis páginas amigas...
Deybi, gracias a vos por pasarte por aquí ;-)
No soy de Uruguay... aunque estoy relativamente cerca...jejeje!!
Un lugar llamado Valeria del Mar (Pinamar) que queda sobre la costa atlántica de la Provincia de Buenos Aires en Argentina :-)
Saludos!! con frío por aquí:
BeT (Alchemy)
Debemos muchísimas cosas a los árabes. Es curioso como "han cambiado" y ahora algunos se dedican a otras cosas.
Sé que me repito, pero que gran post Alchemy. Por aquí siempre se aprende.
Gracias,
José Ignacio
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